Así que aveces
me defino
y aunque no lo quiera
es el ser nada y es todo.
Se elige
vivir en el todo
o en la nada,
pero mejor es vivir viendo
y viviendo ambas.
Reencontraron a Lucas hace poco después de 6 años (había renunciado hace mucho más a jugar ser diferentes personalidades, cosa que hacía en mi época hippie: "liberación del ser sin juicio y manifestación de la divinidad interior", creía yo por esa época) y hace falta ser Lucas.
Lucas fue el primero y nació de la necesidad de esconderme de la sociedad. Como canta el bigote, cambié de tiempo y de dios... Con los años vinieron dos más y así, en un lugar extraño donde nadie sabía quien era yo, pude ser quien eligiera ser. No duró mucho y la huevonada se me acabó, pero quedaron mensajes de 3 personajes particulares que recuerdo en mi vida, y Lucas, que fue el primero y el cual utilicé incluso al final cuando me reintegré a la vida "mortal" y tuve amigos (no hace mucho Cristina en su boda me trato de LucasAdolfo. Juan e
Ilich no saben llamarme de otra forma cuando vienen a Colombia) y una vida estable. El ha sabido trascender por sí solo en el tiempo, cosa que me alegra porque, de hecho, Lucas es el nombre que antes quería para un hijo y que aunque aun lo quiero, ahora me suena a nombre de perro: un hijo pródigo.
Starlesss and bible black...
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