- No tiene por qué decírmelo.
- Dimite o le atraviesan el corazón.
- Pero bien, estoy contento. No estoy perdiendo la cabeza.
- Aquí sí, mire ese mate tan marica (Muestra con la mano).
- Ah, es mate ahora, jajaja. Lo dejé ganar, no sea huevón. (Se arquea para atrás y respira. Descansa y vuelve al tablero). Igual afuera, ricard. Estoy emocionado. Qué me mate la reina, jaja.
- Ay, qué marica!
- No sea cretino que sabe de lo que le hablo. A ver, lo veo. Sáqueme un mate en dos y le doy el crédito.
- Mate.
(Lo estudia y comprueba). - Bien ganado, ricard. Ahora sí, me jodió la reina...
mientras observa
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